miércoles, 19 de mayo de 2010

un cuento que hice hace un buen

Desperté esta mañana, qué bello día me dije, pensé en todo lo que podía hacer pero al cuando traté de levantarme mi cuerpo quedo inmóvil, ni los brazos podía alzar, pronto mis ojos se quedaron fijos.
Pasaron horas, quería gritar y no podía, entró el pánico, sudaba, qué frío, mis músculos no respondían; entonces llegó el doctor, como un milagro, resplandecía su bata blanca y su mirada salvadora, tomó la cama, la empujó, me dirigió la palabra, abrió una puerta pequeña y pesada, no la pude ver bien, me introdujo, qué calor, qué clase de remedio era este, pronto quedé reducido a cenizas. Qué día, qué extraño día.

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