III
He olvidado el sabor de las cerezas
y el color de las hojas de otoño
mi voz es un cristal
que cruje
quema
se agrieta
se arrastra como sombra
entre los suelos
rasga las paredes
con su lengua
y una vez que lame
todo se vuelve piedra
mis huesos fueron
los escombros que alguna vez te amaron
las mil agujas y las mil muertes
de aquella noche
mis huesos fueron todos los gritos
la madrugada
el hielo en tus labios
mis huesos son el llanto de los años
el dolor que calla y cae
reloj de arena
el dolor de las gotas
de la cal en las paredes
de una mujer que cae
en una noche
en que todos los sueños se rompieron
No hay comentarios:
Publicar un comentario